congelado sobre "fresco"

El Dilema, es mejor el pescado fresco o el congelado? evidentemente el fresco, pero siempre que sea fresco de verdad, en ocasiones estamos consumiendo "Pescado fresco" que fue extraído del mar hace cinco días, y mientras ha llegado a puerto y lo han transportado, asentado en la lonja, llega a la pescadería y lo adquirimos, han pasado varios días.

Los pescados son alimentos que necesariamente han de estar frescos para que se encuentren en buenas condiciones. Se estropean rápidamente y presentan signos externos que evidencian este deterioro. Los ojos, indicativo inequívoco de su frescura, se tornan vidriosos, perdiendo el brillo característico de un pescado fresco. Las agallas, de intenso color rojo en el momento de la captura, también pierden lozanía, pasando del rojo intenso al pálido y finalmente al pardo, situación que marca el mal estado del pescado. Además de que pierden las escamas, quedando como calvas en la piel, el síntoma que más delata el estado de conservación del pez es el olor. Cuando un pescado empieza a oler, es mejor no comprarlo y, por supuesto, no consumirlo.

El pescado necesita, antes de su cocinado, una cierta preparación, que será distinta según su procedencia, la frescura o si está congelado o salado. También variará en función de la forma de elaboración, la existencia o no de espinas, si está en filetes, rodajas o entero, con piel o sin piel, etc. Otro aspecto que también debemos considerar antes de cocinar un pescado es que a cada tipo le favorece una determinada preparación culinaria, de tal manera que hay algunos que deben comerse cocidos, otros preferentemente fritos, marinados o asados. El pescado es más sabroso cuando todavía no se ha descongelado totalmente, por lo que en muchos casos se puede cocinar sin estar previamente descongelado. La mejor manera de descongelar pescado es meterlo en el frigorífico de 18 a 24 horas, aproximadamente. Nunca a temperatura ambiente y, si tiene prisa, póngalo en agua fría una o dos horas. Aunque no hay una regla fija para cocinar pescado fresco, a manera de orientación, con el horno a 220 grados cada centímetro de grosor necesitará aproximadamente de cinco a siete minutos de cocinado. El pescado está hecho cuando su carne se torna opaca, con color uniforme, y se separe en paquetes musculares fácilmente. Ante la duda, cuanto menos elaborado esté, mejor se apreciará la calidad y más sabor aportará a los comensales.

Si un pescado ha sido adecuadamente congelado y descongelado, posee las mismas cualidades nutritivas que uno fresco. Y adecuadamente congelado quiere decir que esté elaborado por profesionales, no en nuestro domicilio.

Algo que preocupa mucho, y que también deberías ir pensando, es el asunto de las vitaminas. Pues bien, resulta que cuando comes algo y han pasado más de tres días desde su recolección (sean verduras, carne o pescado), ese alimento ya ha perdido su aporte. En cambio, los congelados mantienen su aporte.

El único sistema que permite recuperar, en el momento de su uso, las características originales del producto, se llama ultra congelación. Esta forma de congelación se realiza directamente en alta mar o en tierra cerca del caladero y de lo que se trata es de llevar al pescado a una temperatura de 5 grados bajo cero en menos de dos horas. Este proceso se estabiliza cuando se ha llegado a los 20-35 grados bajo cero.

O sea que piénsalo bien, las condiciones de conservación son tan extraordinarias, que un producto del mar congelado te ofrece las máximas garantías al llegar a tu plato si la cadena del frío se ha respetado. De esta manera, puedes decir tranquilamente que el pescado congelado es un alimento natural cuya conservación se alarga gracias al frío. Gracias a él, mantiene todas sus cualidades y nutrientes, incluso a veces mejor que en condiciones ambientales normales.

Alimento que previene enfermedades, aporta vitaminas y minerales. Cuando tu madre y tu abuela te dicen que el pescado es lo mejor que hay, tienen toda la razón. Este es un alimento rico en vitaminas y minerales; bajo en grasa saturada y calorías; y además de sus excelentes propiedades nutritivas, gracias al omega 3, un ácido graso benigno, ayuda a prevenir muchos problemas, entre ellos los del corazón y la arterioesclerosis. Y aunque todavía seas muy joven y aún no te preocupe, sí deberías ir teniendo en mente estas cuestiones.

El salmón, la sardina y la anchoa son los tres pescados más ricos en esa grasa benigna que llamamos no saturada y que es aquella que no causa colesterol. Por estos beneficios, y esto es algo que está comprobado, deberías comer pescado de dos a tres veces por semana. Y ya sabes que si es congelado no ha perdido nada de nada.

También es importante que se cocine bien antes de comerlo, para evitar las enfermedades que pueden causar posibles bacterias. De todas formas, aparte de todas estas ventajas, no podrás negar que no hay nada más rico y ahora sabes que sano, que una buena merluza o un buen lenguado.

CONSERVACIÓN. En general, la vida útil de muchas especies de pescado graso de tamaño pequeño, como sardinas o boquerones, es corta. Estos pescados aguantan entre tres y seis días bien refrigerados. Las especies magras de carne blanca (merluza y bacalao, por ejemplo) se pueden conservar hasta unos 14-20 días. Los grandes, como el pez espada, se conservan en hielo hasta 24 días.

Diferencias. Es cierto que las condiciones organolépticas sabor, textura, entre otras de los alimentos congelados no se asemejan a la de los frescos y son muchos los ciudadanos que muestran su desagrado ante éstas. Sin embargo, las diferencias, a juicio de los expertos, son mínimas y, a no ser que sea un catador excelente, es muy difícil determinar si un alimento es fresco o congelado. Lo que sucede es que, en ocasiones, la preparación culinaria del producto no se hace siguiendo las recomendaciones de preparació;n que especifica el fabricante en el envase. También puede ocurrir que el alimento no llegue a su casa en las condiciones óptimas, porque en algún momento, bien durante el transporte o en el establecimiento se ha roto la cadena de frío y ha estado expuesto a temperaturas superiores a los -18 grados centígrados. E incluso es posible que usted haya tenido en su congelador el producto más tiempo del aconsejado

POR QUE CONGELAMOS? El objetivo de la congelación es obtener productos que puedan almacenarse durante varios meses y que, después de descongelados, apenas hayan cambiado por culpa de este proceso.

La congelación es buena porque retrasa o detiene los procesos de alteración del pescado, como pueden ser las alteraciones que sufren los alimentos. Esto de la conservación de los alimentos viene de lejos. La nieve y el hielo, el aire y el sol, el humo y la sal fueron usados por los prehistóricos con este fin.